¿Qué somos capaces de hacer por amor?
por Laura Vicenty
Neuquén > "Caperucita", la obra del dramaturgo Javier Daulte, dirigida por Gustavo Lioy, estrenó en El Arrimadero Teatro a sala llena. El sábado las a 22, el elenco compuesto por Cane Aiello, Agostina Chiappetta, Silvana Feliziani y Silvio Losino salió por primera vez a escena para contar los infortunios de tres generaciones de mujeres y un hombre, maltratados por la vida, las relaciones, y sobre todo, el amor.
Con alguna reminiscencia al cuento clásico, “Caperucita” cuenta la historia de Silvia (Chiappetta), una joven preocupada por la salud de su abuela (Aiello) que está internada en grave estado. Su madre (Feliziani) actúa como una adolescente y todo se vuelve trágico. Un mentalista (Losino) se enamora de ella y la intervención de ese hombre -que busca de manera equivocada ser correspondido- traerá al presente recuerdos terribles que marcarán a las tres mujeres.
El objeto que mueve todas las acciones son las diferentes formas de amar: amor no correspondido, amor de madre, amor enfermizo, amor ciego van pasando sobre las tablas y despiertan en el público lágrimas y risas.
En una puesta en escena respetuosa del texto y a la vez provocativa, Gustavo Lioy pone en juego la angustia, la desesperación y el delirio en dosis equilibradas. Cane Aiello logra conmover y le arranca más que una risa a los espectadores, y Silvana Feliziani encarna una madre desde los huesos. Dramáticamente el momento en que Silvia vuelve a la infancia es apabullante hasta las lágrimas, el dolor se convierte en el protagonista de la escena.
El público disfrutó de la obra y se conmovió con esta historia que nos lleva a preguntarnos cómo habían adelantado los integrantes del elenco sobre lo vital que es sentirse amado y las dificultades para concretarlo. (LV)
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